MITOS DEL NATURISMO: QUE LA DESNUDEZ NOS IGUALA CON LOS PUEBLOS "PRIMITIVOS"

          Hay personas que sostienen que la práctica nudista nos asemeja a los pueblos llamados "primitivos" que desconocen el vestido. En mi opinión, ésa es una idea equivocada. 

           Aquí pongo esta foto: 

y aquí esta otra:

         Desde un punto de vista estrictamente formal, o apariencial, una y otra muestran básicamente lo mismo: un grupo de seres humanos sin ropa alguna en un espacio natural.

          Ahora bien: si al examinar las dos fotos tenemos en cuenta nuestra información previa, aparte ya la idea de que todas esas personas -cuyas culturas son diferentes, cada una con sus inconvenientes y sus ventajas- poseen la misma dignidad de criaturas de Dios, hechas a Su imagen y semejanza, no podemos menos que detectar algunas diferencias entre unas y otras. 

           Las de la primera foto están desnudas porque han nacido en un entorno en el que eso era lo normal; así vivieron sus padres, sus abuelos y todos sus antepasados, y así vivirán ellas, en principio, durante toda su vida. Las de la otra foto han nacido en un mundo occidental en el que la gente va habitualmente vestida. Su desnudez es ocasional: se han despojado de la ropa para ir a esa playa, pero cuando regresen a sus casas y sus actividades cotidianas volverán a vestirse, como su cultura les exige.

          En consecuencia, la desnudez, que en las personas de la primera foto es, por así decirlo, natural e involuntaria, en las otras es artificial y procurada, fruto de una decisión que supone una ruptura con la norma de su entorno y que requiere, al menos a los adultos, cierto grado de adaptación psicológica y moral.

          Ciertamente, para un occidental es muy posible acostumbrarse a permanecer sin ropa durante ciertos periodos de tiempo, y en ellos vivir la desnudez con tanta naturalidad como las gentes que nunca han conocido el vestido, y así lo corrobora la experiencia; y no tengo dudas acerca de los buenos efectos físicos, psíquicos y hasta espirituales de la práctica del nudismo -se entiende del nudismo casto, púdico, "razonable" o como se le quiera llamar-, pero, reconocidas estas realidades, parece obvio que no es lo mismo la desnudez en unos indios bindiapás o wapixanas de Brasil como los que se ven en la primera fotografía que en unos ciudadanos occidentales como los de la segunda. Los occidentales, mientras estén desnudos, una situación para ellos excepcional, siempre tendrán en la mente, más o menos clara, la idea de "Ahora estoy desnudo"; aquellos indígenas amazónicos nunca pensarán que lo están: no conocen otra cosa. Son gente desnuda, mientras los otros son gente desnudista. No nos engañemos: entre su desnudez y la nuestra hay una diferencia que ya jamás podrá desaparecer, por mucho que durante algún tiempo tratemos de asumir o compartir sus costumbres.