¡FELIZ NAVIDAD!
Navidad. Hoy, para muchos, poco más que un periodo de tiempo establecido por la sociedad para dar rienda suelta una vez cada doce meses a ciertas efusiones de sentimentalismo buenista: alegría general, la familia reunida, el regreso de los que están lejos, la presencia de los abuelos..., en fin, lo típico de los anuncios de turrón. Para otros, menos todavía: una entrega frenética, como desesperada, al consumismo: gastar, comer, beber, comprar, atontarse lo más posible en tanto que no vuelven las jornadas laborales. Para nuestras autoridades municipales, una especie de reto: promover con mucho empeño y mucho presupuesto -y en algunos casos con muchas semanas de anticipación- el “ambiente navideño” en las localidades que gobiernan, principalmente mediante la iluminación de calles y plazas, y, al mismo tiempo -soplar y sorber...-, por imperativo de la “corrección política” vigente, eliminar de ese “a...