DESNUDOS EN EL FRÍO: LOS YAGANES O YÁMANAS DE LA TIERRA DEL FUEGO

              A raíz de de la llegada de Felipe IV al trono español y de la reanudación, después de doce años de tregua, de las hostilidades entre España y los Países Bajos, en abril de 1623 el Príncipe Mauricio de Nassau y los Estados Generales holandeses organizan una expedición de la Compañía Holandesa de la Indias Occidentales cuyo objeto era arrebatar a los barcos españoles la plata procedente de las minas de Potosí, fundar en el Virreinato del Perú una colonia holandesa y reducir la influencia española en América y en todo el mundo.
          La flota, a la que se llamó “La flota de Nassau” (“Nassausche vloot”), estaba compuesta por 11 navíos, 1.039 tripulantes y 600 soldados, y la dirigía Jacques de Clerck, también conocido como Jacques l'Hermite (y en español como Jacobo Heremita Clerk) (Amberes, ca. 1582-1624), un comerciante, almirante y corsario al servicio del gobierno neerlandés que había ocupado diversos cargos comerciales en la Compañía.
            La expedición zarpó de Amsterdam a principios de abril de 1623. El 29 de ese mes llegó ante la costa de Senegal para luego dirigirse, en dirección SO, hacia el Estrecho de Le Maire (o de San Vicente), que los barcos doblaron el 2 de enero de 1624, con buena parte de los expedicionarios, incluido el propio almirante, enfermos de disentería. En tales circunstancias asumieron el mando el vicealmirante Hugo Schapenham y el contralmirante Julius Wilhelm van Verschoor.
             Alcanzado el Cabo de Hornos, los holandeses desembarcaron en la Tierra del Fuego, donde permanecieron durante todo un mes obligados por los vientos contrarios, dedicándose hasta los primeros días de marzo a explorar aquellas costas, levantar cartas de la zona y recopilar noticias sobre los nativos de ella y sus costumbres. No eran los primeros en contactar con aquellas gentes: se les había adelantado, en 1619, la expedición española de los hermanos García de Nodal. Algunos estudiosos suponen que ya las había encontrado en 1578 el corsario inglés Francis Drake, pero de esto no hay seguridad.

Indígenas de la Tierra del Fuego, Fretum Magellanicum, Levinus Hulsius (1603) 

Indígenas de la Tierra del Fuego, Histoire de la navigation de Jean Hugues de Linscoy hollandais 
et de son voyage es Indes Orientales..., Jan Huygen van Linschoten (1610)
 
        Les sorprendió ver que los indígenas de la Tierra del Fuego, los yaganes o yámanas, a pesar del clima frío, apenas utilizaban vestidos; sólo en algunas ocasiones se cubrían la espalda con una pequeña manta de piel a modo de capa o tapaban sus genitales -más habitualmente las mujeres- con un trozo de cuero triangular. Esto sorprendería a cualquiera, porque la ausencia de ropa se asocia habitualmente, como es de sentido común, a los climas cálidos. Según explicaría el vicealmirante Schapenham, los nativos “se embadurnan el cuerpo y lo pintan de muchas maneras: unos se adornan con pintura roja la cara, las piernas, los brazos, las manos, otros llevan una mitad del cuerpo en rojo y la otra en blanco, de manera que cada uno está pintado de una manera particular. Su figura es apuesta, sus miembros bien proporcionados, y su altura parecida a la de los europeos. Tienen el cabello negro, lo llevan largo y tieso para parecer más terribles; sus dientes son afilados como cuchillos. Los hombres andan completamente desnudos, sin cubrir sus vergüenzas, pero las mujeres se tapan con un pedacito de cuero, se pintan como los hombres, y se adornan el cuello con un collar de conchas. Algunos indígenas, pero pocos, se cubren los hombros con piel de foca, que les da poca protección contra el frío, tan extremo en esta región, que es maravilla que puedan aguantar el invierno”. 

Los barcos holandeses y los indígenas de la Tierra del Fuego, Journael vande nassaucche Uloot 
ofte belon rydingh vande voyagie... Gheen Huygen Schapenham (1643)

            En lo tocante a la indumentaria de aquellos patagones, es de notar que desde las fechas de la llegada de la flota holandesa hasta los comienzos del siglo XX apenas cambió. En la actualidad el pueblo yagán, al igual que sus vecinos los selk'nam u onas y los haush o mánekenks, está casi extinguido.

Indígenas de la Tierra del Fuego, Relation d'un voyage fait en 1695, 1696 et 1697 aux côtes d'Afrique, 
Détroit de Magellan, Brezil, Cayenne, et Isles Antilles, par une escadre des vaisseaux du Roy, 
commandée par Monsieur de Gennes, François Froger (1699)

Indígenas de la Tierra del Fuego, acuarela y pastel,  Jacques Grasset de Saint-Sauveur (ca. 1790)

Haciendo trueques con los fueguinos, grabado de A Voyage in the 'Sunbeam' our Home in the Ocean for Eleven Months, Mrs. Brassey (1881)

             De las fotos que vienen a continuación, la mayoría corresponden a los años 1881 a 1883.

El yagán Orundellico (después"Jeremy Button") llevado a Inglaterra por el Capitán Fitz-Roy
 a bordo del "HMS Beagle" en 1830



























Niños yaganes en 1897

Chica yámana hacia 1920

Mujer yámana hacia 1920

  Mujeres yámanas hacia 1920
  
          Ya en el Pacífico, a comienzos de abril de 1624 los barcos holandeses llegaron al archipiélago de Juan Fernández para reponerse de la travesía, hacer reparaciones y preparar el asalto al Callao, principal objetivo perseguido. La flota holandesa atacó aquel puerto, pero encontró una fuerte defensa española. Allí murió l’Hermite, al parecer a causa de la disentería y el escorbuto. Hugo Shapenham se hizo cargo de la dirección de la escuadra, manteniendo el bloqueo sobre el Callao hasta el 9 de septiembre, fecha en que, viendo imposible conseguir sus objetivos, puso rumbo hacia Nueva España, donde esperaba hacer presas de valor y continuar con la expedición. Cuando la flota llegó a esas costas, atacó Acapulco y puso rumbo, a través del Pacífico, a las islas de los Ladrones (Islas Marianas), y luego hacia Batavia. Estaba de regreso en Holanda el 9 de julio de 1626.
       Las vicisitudes de aquella expedición quedaron recogidas en el libro del vicealmirante Gheen Huygen Schapenham Journael vande nassaucche Uloot ofte belon rydingh vande voyagie... editado por Hessel Gerritsz y Jacob Pietersz Wachter en Amsterdam, 1643, del que procede el tercer grabado de esta entrada.

 

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