PASCUA DE RESURRECCIÓN

   

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       "[...] Jesús compartió nuestra vida corporal: este hecho básico aparece en todas las páginas del Nuevo Testamento. Según la carne, dice Pablo, desciende de los patriarcas y de la posteridad de David (Rom 1, 3; 9, 5); nació de una mujer (Gal 4, 4). En los evangelios se impone por todas partes la realidad de su naturaleza humana, sin que sea necesario mencionar explícitamente su cuerpo: está sujeto al hambre (Mt 4,2...), a la fatiga (Jn 4, 6), a la sed (4, 7), al sueño (Mt 4, 38), al sufrimiento... Para insistir en estas mismas realidades, Juan habla más bien de la carne de Jesús (cf. Jn 1, 14), fulminando el anatema contra los que niegan a ‘Jesús venido en carne’ (1 Jn 4, 2; 2 Jn 7).

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            [...] Esta atención al cuerpo de Jesús se redobla en los relatos de la pasión. Ya en la comida de Betania su cuerpo es ungido con miras a su sepultura (Mt 26, 12...). Finalmente, muere en la cruz (Mt 27, 50...) y es sepultado (Mt 27, 58ss...; Jn 19, 38ss). Pero este fin trivial, idéntico al de todos los hombres, tiene, no obstante, un significado particular en el misterio de la salvación: en la cruz llevó Jesús nuestros pecados en su cuerpo (1 Pe 2, 24); Dios nos reconcilió en su cuerpo de carne entregándolo a la muerte (Col 1, 22). El cuerpo de Cristo, verdadero cordero pascual (1 Cor 5, 7), fue, pues, el instrumento de nuestra redención; de su costado abierto brotó la sangre y el agua (Jn 19, 33ss). Igualmente la Carta a los Hebreos, para presentar el sacrificio de Cristo, presta particular atención a  su cuerpo. Desde su entrada en el mundo se disponía Jesús ya a ofrecerse, puesto que Dios le había ‘formado un cuerpo’ (Heb 10, 5), y finalmente por  'la oblación de su cuerpo' nos santificó una vez por todas (Heb 10, 10).

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            [...] Sin embargo, el misterio no terminó con la muerte corporal de Jesús: se consumó con su resurrección. Los evangelistas subrayan que el cuerpo de Cristo resucitado es muy real (Lc 24, 39-43; Jn 20, 27), pero también que no está ya sujeto a las mismas condiciones de existencia que antes de la pasión (Jn 20, 19-26). No es ya un 'cuerpo psíquico' (1 Cor 15, 44), sino un 'cuerpo de gloria' (Flp 3, 21), un ‘cuerpo espiritual’ ( 1 Cor 15, 44). Con ello se revela en forma espléndida el sentido sagrado del cuerpo de Jesús en la nueva economía inaugurada por la encarnación: destruido y luego reedificado en tres días, ha reemplazado al antiguo templo como signo de la presencia de Dios entre los hombres (Jn 2, 18-22)".

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(F[rançois] A[miot], P. S. S., voz "Cuerpo de Cristo", en X. Léon-Dufour et al., Vocabulario de Teología BíblicaHerder, Barcelona, 1972).




 ¡Feliz Pascua de Resurrección!

 

 Ilustraciones:


1.- La Resurrección de Cristo, El Greco (s. XVI-XII), Museo del Prado.         2.- La Virgen con el Niño Jesús, José Camarón Boronat (o Bonanat) (1731-1803), Museo del Patriarca, Valencia.           3.-  Cristo crucificado, Lambert Lombard (1540).           4.- Las tres Marías en el sepulcro vacío, William-Adolphe Bouguereau (1825-1905).

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