DON MIGUEL DE UNAMUNO, NUDISTA EN FUERTEVENTURA

         El 12 de marzo de 1924 llega a la isla de Fuerteventura don Miguel de Unamuno (1864-1936), escritor famoso, catedrático de Griego, ex-decano de la Facultad de Filosofía y Letras y ex-vicerrector de la Universidad de Salamanca, desterrado por el general Primo de Rivera, al que Unamuno había criticado enérgica y reiteradamente. Con él va al destierro también el periodista y político liberal vasco Rodrigo Soriano.    
            Se instala en la localidad que entonces se llamaba Puerto Cabras (desde 1955 es Puerto del Rosario), alojándose en el modesto "Hotel Fuerteventura". Lleva consigo sólo tres libros: un Nuevo Testamento en griego, la Divina Comedia y las poesías de Giacomo Leopardi. 
          Permanecerá allí hasta el 9 de julio, en que es rescatado por un barco francés, "L’Aiglon", fletado para esa misión, con el nuevo nombre de "Libertad", por el director del diario francés Le Quotidien, M. Dumay. Desde Fuerteventura le conducen a Las Palmas, donde, negándose a acogerse a la amnistía recién proclamada por la Dictadura -que le ha desposeído de la cátedra-, embarca para Cherburgo, y de allí pasa a París, donde transcurrirá la segunda fase de su destierro.
          En Fuerteventura, donde lo reciben con satisfacción algunos vecinos que pronto se convertirán en buenos amigos suyos -entre los que sobresale Ramón Castañeyra, hijo del alcalde de Puerto Cabras-, Unamuno escribe, lee (en especial a Galdós, autor canario), monta en dromedario y disfruta del paisaje, del mar -que, a pesar de ser vasco, dice haber descubierto  allí- y del sol.

Unamuno en el campo salmantino

           Solía subir a la azotea del hotel para en ella tomar el sol desnudo. Cuentan sus biógrafos que esto motivó que algunos vecinos, molestos por el espectáculo, se quejasen al director del establecimiento, Francisco Medina. La reacción de don Miguel -"genio y  figura"...-  fue decir: "Yo no los miro. Que no me miren ellos a mí".
             El 17 de agosto de aquel mismo año 1924 publicará en Los Lunes del Imparcial un artículo escrito en París sobre "El estilo de Galdós". En él recuerda los días de su destierro y aquellos baños de sol: "Galdós... En aquellas mañanas de Fuerteventura, cuando en la azotea de la mansión en que vivía, en Puerto Cabras, me bañaba el cuerpo desnudo al sol desnudo, frente a la mar consoladora, leía las páginas de Galdós".






          Unamuno en Fuerteventura.

En la primera foto, conducido (en broma) atado a Rodrigo Soriano.
En la segunda y la tercera, sobre un dromedario, 
entre Ramón Castañeyra (a su derecha) y Rodrigo Soriano (a su izquierda).
En la cuarta, solo sobre un dromedario.
En la quinta, acompañando a unas damas que montan en dromedario.





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