Santa Águeda (o Ágata)
nació en Catania, Sicilia, hacia el año 230, y desde muy joven se sintió
llamada a la virginidad consagrada a Dios. Jacobo de Vorágine relató su vida en
la Leyenda áurea.
En los días de la persecución del emperador Decio, el procónsul de Sicilia,
Quinciano, se enamoró de ella, pero Águeda, fiel a su vocación, lo
rechazó. Para vengarse, el gobernador hizo que la metieran durante un mes en el
prostíbulo que regentaba una mujer llamada Afrodisia, pero ella consigue mantenerse virgen, apoyándose en el salmo 16: "Señor Dios:
defiéndeme como a las pupilas de tus ojos. A la sombra de tus alas
escóndeme...”
Quinciano, irritado, ordena que la martiricen azotándola y
cortándole las mamas y después la encierra en una cárcel.
A los tres días se le aparece a medianoche San Pedro, bajo la
apariencia de un viejo, acompañado de un muchacho -un ángel- portador de una
luz. El visitante la conforta y le ofrece reconstruirle los pechos. Águeda le
responde que mejor que cualquier medicina terrena podrá curarla el Señor Jesús.
El viejo le declara que es precisamente el Señor, de quien él es el Apóstol,
quien le ha enviado allí para sanarla. Dicho esto, San Pedro desaparece,
dejando la cárcel inundada de una luz sobrenatural. Águeda queda curada de sus
heridas y con las mamas reconstruidas.
Los carceleros, al ver que las puertas se han abierto
solas, huyen despavoridos. Los demás presos se acercan a Águeda y le proponen
fugarse, pero ella les convence para que no perjudiquen a los carceleros al
escaparse y pasa el resto de la noche relatándoles su vida de cristiana, su
martirio y su curación.
A la mañana siguiente los carceleros y los parientes
de los presos hacen correr la noticia del prodigio sucedido aquella noche. Cuando
el gobernador se asombra de encontrarla curada, Águeda le explica: "He
sido sanada por el poder de Jesucristo". -“¿Cómo te atreves a nombrar a
Cristo, si el cristianismo está prohibido?”, pregunta Quinciano. -"Yo
confieso a Cristo y con mis labios y mi corazón no dejo de invocarlo”.
Entonces el gobernador la lleva de nuevo ante el tribunal.
“Haz sacrificios a los dioses; de lo contrario sufrirás grandes tormentos”.
Águeda responde: “¿Cómo voy a rebajarme a contemplar unos ídolos volviendo la
espalda a Aquel que me ha curado y me ha restaurado las mamas?”. Esta respuesta
es considerada una autoinculpación, y Águeda es condenada a muerte.
En ese momento un terremoto sacude el pretorio,
provocando la caída de un muro, que sepulta a dos funcionarios. El pueblo
asalta el palacio, y Quinciano ordena a los soldados prender a Águeda y
devolverla a la cárcel. Ella intenta huir, junto con otras personas, pero es
detenida otra vez. El gobernador entonces manda que la arrojen sobre unas
brasas.
Mientras su cuerpo se quemaba, Águeda oraba: "Señor,
Creador mío, que desde la cuna me has protegido siempre, que me has apartado
del amor a lo mundano y de lo que es malo y dañoso, que me has concedido
paciencia para sufrir, ha llegado el momento de que me una a tu
misericordia".
Y, dando un fuerte grito, expiró.
Era el 5 de febrero del año 251.
Al cumplirse el primer aniversario de su muerte, el Etna
entró en erupción. Los vecinos de Catania invocaron la intercesión de la mártir
y la lava se detuvo antes de alcanzar la ciudad.
Santa Águeda es la patrona de Catania, de los
alrededores del Etna, de toda Sicilia en general y de las enfermeras. Se la
invoca, además, como protectora frente al fuego, los rayos y las erupciones volcánicas. También
es abogada de las enfermedades de las mamas, los partos difíciles y la
lactancia.
En Catania se la honra, entre los días 3 y 5 de febrero, con grandes solemnidades, entre las que destaca la procesión de los cerei o candelore, grandes candelabros de estilo barroco de madera dorada y policromada, adornados con varias esculturas, que son llevados a hombros por miembros de las distintas cofradías, generalmente gremiales, a las que pertenece y representa cada candelora.
La iconografía de la santa se reparte entre varios modelos
diferentes: uno, muy repetido, es el que la muestra, habitualmente vestida, sosteniendo en la mano una bandeja o copa en la que aparecen sus mamas cortadas:

Otro, también muy frecuente, el que la representa,
semidesnuda, en el momento de sufrir el martirio, o también -en menos
ocasiones- en los inmediatamente anteriores o posteriores; otro evoca la
aparición milagrosa de San Pedro acompañado por un ángel en la cárcel donde se
encuentra la santa, generalmente con el pecho al descubierto, y la restauración
de sus mamas; y otro es el que ofrece la imagen de Águeda, sea vestida, sea
con el busto desnudo (con o sin las heridas del martirio) y con algún
atributo, como una cizalla, una cadena (que evoca su encarcelamiento) o la palma de los mártires.
De las representaciones de su martirio voy a ocuparme hoy, aunque ya adelanto que la serie que voy a recoger, con ser larga, será bastante incompleta, dada la frecuencia con que los artistas han tocado este tema.
Ya que la parte principal del martirio de Águeda consistió en que le cortaron las mamas, es de suponer que la iconografía referida a él mostrará a la santa con el busto desnudo; como así es. No deberíamos olvidar que hasta fechas relativamente recientes los pechos femeninos no se consideraban tanto un reclamo sexual como un medio previsto por el Creador para la alimentación de los hijos en su primera infancia. Una buena prueba de esta concepción podría ser la inmensa cantidad de pinturas, grabados y esculturas devocionales que a lo largo de los siglos se han dedicado a la Virgo lactans, es decir, a la Virgen de la Leche.
Entre la enorme cantidad de representaciones plásticas del martirio de santa Águeda, una buena parte presentan como instrumento del tormento un gran cizalla -herramienta que tiene algo de tijera y algo de tenaza, pero de tamaño grande-, alguna vez con ayuda de una antorcha aplicada al cuerpo de la santa:
Biblia de Pamplona (finales del s. XII), Augsburgo, Alemania
¿? Códice de los Comentarios a Justiniano de Bartolo de Sassoferrato
Libro de Horas francés (ca. 1400), Bibliothèque de Toulouse, Francia
Libro de Oraciones Egerton, Baja Renania (1430/1435), British Museum, Londres
Fresco anónimo (s. XV), colegiata de Santa Maria, Castell'Arquato, Piacenza, Italia
Jean Colombe (1430-1493), Heures de Louis de Laval, Bibliothèque Nationale, París
Libro de Horas, Flandes o Norte de Francia (ca. 1460), Morgan Library & Museum, Nueva York
Vidriera anónima (ca. 1465), catedral de Rouen, Francia
Sano di Pietro, antifonario (1470-1473)
Misal franciscano (fines del s. XV), Bibliothèque Municipale, Lyon
Anónimo alemán (principios del s. XVI)
Pietro di Cristoforo Vanucci, "Il Perugino" (1448- 1523), iglesia de Sant'Agata dei Goti, Roma
Jean Bellegambe el Viejo (1470-1535/1536)
Anónimo alemán (1554), Marburgo
Grabado anónimo (mediados del s. XVI)
Ippolito Costa (ca. 1506-1561), catedral de san Pedro,
Mantua, Lombardía, Italia
Diana Scultori, grabado según dibujo de Ippolito Costa (1577)
Niccolò Cercignani, "Il Pomarancio" (ca. 1530-ca. 1597), iglesia de San Giovanni Battista, Pomarance, Pisa, Italia
Niccolò Cercignani, "Il Pomarancio" (ca. 1530-ca. 1597), iglesia de Santo Stefano Rotondo, Roma
Anónimo, catedral de Taormina, Sicilia
Anónimo italiano (ca. 1612), Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Filippo Paladini (1544-1614), catedral de Catania, Sicilia
Enea Salmeggia (1565/1570-1626), iglesia del Carmine, Bergamo
Giulio Cesare Procaccini (1574-1625), col. particular, Turín
Fresco anónimo (ca. 1628), castillo del Emperador, Prato, Toscana, Italia
Alessandro Allori (1535-1697)
Giovanni Baglione (1566-1643), La Valletta, Malta
Anónimo (s. XVII), Maschio Angolino, Nápoles
Anónimo (s. XVII), puerta del repositorio de las reliquias de santa Águeda, Museo Diocesano, Catania, Sicilia
Anónimo italiano (s. XVII), Museo del Estado, San Marino
Jacques Callot (1636)
Paolo Gismondi (1612-1685), iglesia de Sant'Agata dei Goti, Roma
Anónimo italiano (s. XVII), iglesia de San Felipe Neri, Isla de Ortigia, Sicilia
Anónimo, convento de los Dominicos, Dubrovnik, Croacia
Grabado anónimo ¿?
Anónimo, iglesia de San Pedro, Piazza Armerina, Sicilia
¿?
Onofrio Gabrieli (1619-1706), Randazzo, Sicilia
Andrea Celesti (1637-1712)
Stefano Maria Legnani, "Legnanino" (1661-1713)
Anónimo, Museo de la ciudad, Wil, St. Gall, Suiza
Giovanni Lo Coco (1667-1721), iglesia de Sant'Agata al Borgo, Catania, Sicilia
Giovanni Tucari (1667-1743), iglesia de San Benedetto, Catania, Sicilia
Gian Nicola Buhagiar (1698-1752)

Romualdo Formosa (s. XVIII)
Anónimo colonial, Hotel Monasterio, Cusco, Perú
Anónimo italiano
Mariano Rossi (1731-1897), Museo Civico del Castello Ursino, Catania, Sicilia
Mariano Rossi (1731-1897), Museo del Louvre, París
Anónimo (s. XIX), "candelora" de una cofradía, Catania, Sicilia
Anónimo (s. XIX), "candelora" de una cofradía, Catania, Sicilia
Anónimo (s. XIX), "candelora" de una cofradía, Catania, Sicilia
Anónimo (s. XIX), "candelora" de una cofradía, Catania, Sicilia
Gustave Moreau (1826-1898)
En otros casos los verdugos usan dos cizallas, una para cada mama:
Salterio-Libro de Horas, Amiens (1280/1290) Vies de saints (1288), Hainault, Bélgica
Detalle
Anónimo (1353), catedral de Verona, Italia
Códice francés (ca. 1376)
Gradual para el uso de la Abadía de Notre-Dame de Fontevrault, Limoges, Francia

Lorenzo di Niccolò Gerini (fines del s. XIV- comienzos del s. XV)
Fresco anónimo (s. XIV-XV), iglesia de Saint-Martin, Pommerieux, Mayenne, Francia
Códice francés, Jacobo de Vorágine, Legenda aurea (ca. 1400)
Detalle
Hermanos Limbourg, Les Belles Heures du Duc Jean de Berry (ca. 1404)
Heures à l'usage de Beauvais, "Horas de Sotheby", Rouen (ca. 1430-1432)
Detalle
Fresco anónimo (s. XV), iglesia de Saint-Martin, Jaleyrac, Auvergne, Francia
Speculum Historiale, Vincent de Beauvais (s. XV)
Fresco anónimo (s. XV), iglesia de Sainte-Croix, Ris, Auvergne, Francia
Jean le Tavernier, Libro de Horas de Philippe le Bon (ca. 1450-1460),
Biblioteca Nacional de los Países Bajos, La Haya
¿?
Libro de Horas francés (ca. 1480)
Giovanni y Battista Baschenis, fresco (1488), iglesia de Santa Águeda, Commezzadura, Trentino, Italia
Vidriera (fines del s. XV), catedral de Notre Dame de l'Annonciation, Moulins, Auvergne, Francia
Fresco anónimo (principios del s. XVI), beguinaje de Sint Agnes, Sint-Truiden, Limbourg, Bélgica
Fresco anónimo (segundo cuarto del s. XVI), iglesia de Saint-Martin, Sillegny, Mosela, Francia
Anónimo (s. XVI), iglesia de Saint-Pierre-ès-Liens, Mussy-sur-Seine, Champagne-Ardenas, Francia
Fresco anónimo (s. XVI), capilla de Rocca Fregoso, Sant'Agata Feltri, Rimini, Italia
Cornelis Cort (1533-1578), según Giulio Clovio (1498-1578)
¿? (Versión invertida y fragmentaria del grabado anterior)
¿?
Fresco anónimo, iglesia de Santa Maria Assunta, Poggio di Loro, Loro Ciuffenna, Arezzo, Italia
Sebastiano del Piombo (1485-1547)
Ercole Abbati, Ercole dell'Abate (1573-1613)
Vincenzo La Barbera (1577-1642), Museo Civico Baldassare Romano, Termini Imerese, Palermo, Sicilia

Grabado tribuido a Anton Van Dyk (1599-1641)
Philippe de Champaigne (1602-1674) ¿?
Anónimo veneciano (primera mitad del s. XVIII), Musei Civici, Pavia
Giuseppe Garigliano (1753), iglesia della Catena, Gangi, Palermo, Sicilia
Felice Boscarati (1721-1807), Vicenza, Veneto, Italia
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