MÁS DESNUDOS EN LA ICONOGRAFÍA CATÓLICA (MISCELÁNEA)

          Desde los primeros momentos de su existencia este blog ha ido recogiendo series iconográficas dedicadas a ciertos temas o ciertas figuras de la Sagrada Escritura o la Historia de la Iglesia en las que se presentaban cuerpos desnudos. Hoy voy a recoger aquí algunas otras obras de arte que, inspiradas en asuntos del Nuevo Testamento o los primeros tiempos de la Historia de la Iglesia, muestran también, pero de forma ocasional, es decir, sin ajustarse a modelos iconográficos establecidos, algún personaje, generalmente secundario, en estado de completa desnudez. 
         El Maestro del Codex Egberti o Codex Gertrudianus, compuesto en la abadía alemana de Reichenau en el s. X y conservado en la Biblioteca Municipal de Cividale (Italia), representó así la matanza de los Santos Inocentes:


Y así Rafael (primera mitad del s. XVI) en estos dos espléndidos dibujos:



en que se basó su contemporáneo Marcantonio Raimondi para este grabado:


Así vio la escena Cornelis de Harlem (1562-1638) en este cuadro de 1590:


y en éste de 1591:


Hendrick Goltzius (s. XVI-XVII) es el autor de este grabado:


Peter Paul Rubens pintó la escena así en 1611-1612:


y Girolamo Donnini, ya en la primera mitad del s. XVIII, hizo esta versión del tema:


            El norteamericano Edward Knippers (n. 1946) representó así el episodio en este cuadro de 2014:


       Este lienzo del pintor ruso Alexandr Andreyevich Ivanov (1806-1858) recoge la escena inmediatamente anterior al bautismo de Jesús, del que ya se trató aquí (8-05-2019 y 12-05-2019):
                                                  
            
        También en esta vidriera (siglo XII) de la catedral de Chartres se ve cómo San Juan bautiza en el Jordán, en presencia de Jesús:


       Aunque no es en absoluto lo habitual, algunos artistas que han representado la resurrección de Lázaro lo han pintado desnudo. Así Caravaggio (Michelangelo Merisi da Caravaggio, 1571-1610), que, despegándose del relato evangélico, hace una interpretación muy personal del episodio:

                       
 
como también la hace Peter Paul Rubens (1577-1640):

         

              En la parte izquierda de este fresco de la Capilla Brancacci de la iglesia del Carmine de Florencia, Masaccio (1401-1428) representó el momento en que san Pedro resucita al hijo de Teófilo. Es un episodio recogido por Jacobo de Vorágine en la Leyenda áurea: Teófilo, prefecto de Antioquía, tenía encarcelado a Pedro. Un hijo suyo de catorce años murió, y san Pablo propuso a Teófilo que dejase libre a Pedro a cambio de que éste resucitase a su hijo. Producido el milagro, el apóstol recuperó la libertad, y Teófilo abrazó el Cristianismo, y con él toda la población de Antioquía, donde se erigió una iglesia en la que Pedro ocupó la cátedra en calidad de obispo de la diócesis, como se nos muestra en la parte derecha del fresco:

       
       En esta  tabla del austriaco Michael Pacher (1435-1498), que forma parte del  "Retablo de los Padres de la Iglesia" (1483) del monasterio de Neustift (Austria), San Agustín, ya obispo de Hipona, libera a un preso:


               Y Puccio Capanna  (primera mitad del s. XIV) en este fresco de la basílica inferior de Asís (ca. 1338) representó así el momento en que san Estanislao mártir, obispo de Cracovia en el siglo XI, resucita a un muerto:


            Más testimonios de que el Arte católico, ajeno a cualquier "horror al cuerpo", no ha tenido reparo en mostrar la desnudez, incluso en espacios sagrados. 




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