EL DESNUDO (AMADO NERVO)
Hoy recojo un artículo del poeta mexicano Amado Nervo (1870-1919) que en 1896 reflejaba una mentalidad que todavía hoy persiste en ciertas personas, generalmente de muy buenas intenciones.
EL DESNUDO
Una estimable dama de excelentes
costumbres se quejaba amargamente conmigo, en días pasados, de los mil peligros
que México encierra para los jóvenes.
-Yo no puedo enviar a mis hijos a
ninguna parte -me decía contristada- ni aun en la Alameda están seguros. Lo
primero que se presenta ahí a su vista es esa Venus, sin un trapo en el cuerpo,
que luce a los cuatro vientos su desnudez; después el Neptuno, y luego el
Mercurio aquel indecente, y...
-¡Pero, señora -interrumpí
escandalizado, no de la desnudez de la Venus, sino de los rubores de mi amiga-,
eso no sólo no es malo ni indecente, sino hermoso y casto!
-¡Casto! ¡Casto! Pues ¿en qué país
vive usted?...
-Por desgracia, en éste, señora;
pero convenga conmigo en que la desnudez de una estatua no puede incitar a
nadie al mal...
-Eso dice usted porque ya su
relajación es profunda, permítame que le hable con esta franqueza; pero yo,
como católica, no puedo pensar lo mismo.
-Pero me supongo que no será usted
más católica que los Papas, que con laudable esfuerzo han ido agrupando en el
Vaticano todas las obras maestras de la antigüedad clásica, de la Edad Media y
del Renacimiento.
-Ellos sabrán por qué lo hacen, pero
mis hijos no deben ver esas cosas.
-Permítame que le diga, señora, que
sería un crimen enseñar a sus hijos a escandalizarse de una estatua, cuando no
los enseña a huir de las pantorrillas de las zarzueleras de las tandas... Crea
usted que de las últimas hay que cuidarse mejor.
-Porque son de carne...
-Y sobre todo, porque se mueven de
un modo...
-Sea como fuere, el Ayuntamiento
debía vestir a esas estatuas.
-Pero señora...
-Sí, vestirlas, como se viste toda
la gente.
-¡Una Venus con hombreras y falda de
campana!... Eso sí que sería escandaloso; y para concluir, le referiré una anécdota:
Paseando cierta tarde la emperatriz
Carlota por Chapultepec, con una de sus damas, ésta, señalándole ciertas
estatuas, le preguntó:
-Qué ¿Su majestad no se escandaliza
de ver esto?
La reina, asombrada, respondió:
-Lo que me escandaliza son los
pudores de usted...
¡Oh, señora, en verdad le digo que
quienes se asustan de ver las desnudeces de las buenas estatuas... merecen que
se las vistan [sic] a la última moda!
Octubre 9,
1896
(Amado Nervo, Cuentos y crónicas)
Ilustraciones:
1.-Venus Esquilina (ca. 50 d. C.), Museos Capitolinos, Roma 2.-Neptuno, Juan de Bolonia (s. XVI), fuente de la Piazza del Nettuno, Bolonia. 3.-Hermes Ingenui, copia romana (s. II) de un original griego del s. V a. C. , Museo Pio-Clementino, Roma
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