JONÁS ARROJADO AL MAR (JONÁS, 1, 1-15)
“La palabra de Yahveh fue dirigida a Jonás, hijo de Amittay, en estos términos: ‘Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella que su maldad ha subido hasta mí’.
Jonás se levantó para huir a
Tarsis, lejos de Yahveh, y bajó a Joppe, donde encontró un barco que salía para
Tarsis: pagó su pasaje y se embarcó para ir con ellos a Tarsis, lejos de
Yahveh.
Pero Yahveh desencadenó un gran
viento sobre el mar, y hubo en el mar una borrasca tan violenta que el barco
amenazaba romperse.
Los marineros tuvieron miedo y se
pusieron a invocar cada uno a su dios; luego echaron al mar la carga del barco
para aligerarlo. Jonás, mientras tanto, había bajado al fondo del barco, se
había acostado y dormía profundamente.
El jefe de la tripulación se
acercó a él y le dijo: ‘¿Qué haces aquí dormido? ¡Levántate e invoca a tu Dios!
Quizás Dios se preocupe de nosotros y no perezcamos’.
Luego se dijeron unos a otros:
‘Ea, echemos a suertes para saber por culpa de quién nos ha venido este mal’.
Echaron a suertes, y la suerte cayó en Jonás.
Entonces le dijeron: ‘Anda,
indícanos tú, por quien nos ha venido este mal, cuál es tu oficio y de dónde
vienes, cuál es tu país y de qué pueblo eres’.
Les respondió: ‘Soy hebreo y temo
a Yahveh, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra’.
Aquellos hombres temieron mucho y
le dijeron: ‘¿Por qué has hecho esto?’ Pues supieron los hombres que iba
huyendo lejos de Yahveh por lo que él había manifestado.
Y le preguntaron: ‘¿Qué hemos de
hacer contigo para que el mar se nos calme?’ Pues el mar seguía encrespándose.
Les respondió: ‘Agarradme y
tiradme al mar, y el mar se os calmará, pues sé que es por mi culpa por lo que
os ha sobrevenido esta gran borrasca’.
Los hombres se pusieron a remar
con ánimo de alcanzar la costa, pero no pudieron, porque el mar seguía
encrespándose en torno a ellos.
Entonces clamaron a Yahveh,
diciendo: ‘¡Ah, Yahveh, no nos hagas perecer a causa de este hombre, ni pongas
sobre nosotros sangre inocente, ya que tú, Yahveh, has obrado conforme a tu
beneplácito!’
Y, agarrando a Jonás, le tiraron
al mar; y el mar calmó su furia” (Jonás, 1, 1-15).
En la última parte de la entrada del 27-02-19 recogí un buen número de representaciones paleocristianas de este episodio de la vida de Jonás, con la intención de mostrar que era algo habitual en la Antigüedad que los marineros y pescadores (y entre ellos San Pedro) hiciesen desnudos sus actividades a bordo de las naves. Ahora quiero añadir otras imágenes de fechas más tardías que muestran cómo a Jonás muy frecuentemente se le representa desnudo cuando es arrojado al mar.
Salterio de Stuttgart, ms. carolingio procedente de Saint-Germain-des-Prés (ca. 830), Württembergische Landes-Bibliothek, Stuttgart
|
Capitel (s. XII), abadía de Mozac, Auvergne (Francia)
Iglesia de Santa Maria in Valle Porclaneta (s. XII), Rosciolo, L'Aquila, Abruzzo (Italia) |
Códice francés (1155-1165), Bibliothèque Municipale, Troyes Mosaico (1163-1166), catedral de Otranto, Sicilia |
Comentarios
Publicar un comentario