SANTA DESNUDEZ (PERO NO): SAN JUAN CRISÓSTOMO

      Desde el siglo XIII corren por Europa varias versiones de una leyenda que en Cataluña protagoniza Fray Garín, ermitaño en Montserrat, en Francia Jehan Paulus y en otros lugares San Juan Crisóstomo.
         Según esta versión, Juan, desengañado del mundo, se había retirado al desierto para vivir como ermitaño, entregado a la penitencia y la oración, con una gruta como refugio. Un día pasa por aquellos parajes una bella princesa, hija de un emperador, y, misteriosamente, es llevada hasta las cercanías de la cueva del anacoreta, al que pide cobijo. Al principio, Juan piensa que se trata del Demonio en forma de mujer y le niega el asilo, pero la princesa insiste, aduciendo el peligro de ser devorada por alguna fiera, y el ermitaño cede y la aloja consigo. Al cabo de un tiempo tiene relaciones sexuales con ella, que queda embarazada. Una variante de esa versión sostiene que ella tiene un hijo; otra, que, para ocultar su pecado, Juan arroja a la mujer por un precipicio. En todo caso, arrepentido y horrorizado por el mal que ha hecho, va a confesarse, pero el sacerdote le niega la absolución, y entonces él decide vivir desnudo y a cuatro patas, como un animal, alimentándose de hierbas y raíces, hasta que sus pecados le sean perdonados.
     Al cabo de unos años, un cazador divisa una extraña criatura caminando a cuatro patas y con el cuerpo enteramente cubierto de pelo, la captura y la lleva ante el emperador. Juan se identifica, confiesa lo que ha hecho y, según la primera variante de la leyenda, conduce al emperador hasta el pie del precipicio por el que había despeñado a la princesa. Milagrosamente, ésta aparece viva.
       Los artistas que, con arreglo a esta leyenda, han representado a San Juan Crisóstomo  a cuatro patas, desnudo y con cabellera y barba muy largas, lo sitúan unas veces a lo lejos, sobre un paisaje agreste (que en algún caso tiene una ciudad en el horizonte), mientras en primer término aparecen la princesa desnuda y su hijo en la gruta, y otras veces lo muestran en el momento de ser descubierto por el cazador, también ante la gruta.

Xilografía anónima alemana (1481)


Alberto Durero, grabado (ca. 1497)

Lucas Cranach (s. XV-XVI)


                                                   Lucas Cranach (s. XV-XVI)                                 Conjunto


                                                                                                                                                                                               Detalle

Hans Sebald Beham (primera mitad del s. XVI)

Atribuido a Giulio Campagnola (s. XVI) 

Raphael Sadeler, grabado de la serie Trophaeum Vitae Solitariae, sobre un dibujo de Maarten de Vos (1598)

    
Anónimo, grabado invertido (s. XVI-XVII), sobre el anterior de Raphael Sadeler  
(de Solitudo sive vitae patrum eremicolarum, 1620)

                Pedro Orrente  (primera mitad del s. XVII), Museo del Prado, Madrid


Luca Giordano (s. XVII-XVIII)

¿?

           Y añadiría este cuadro de 1520, obra de Hans Leonhard Schaufelein, que pasa por ser una imagen de San Onofre pero creo que se refiere también a ese episodio apócrifo de la vida de San Juan Crisóstomo:



     Esta leyenda no tiene ningún fundamento. San Juan Crisóstomo (del griego chrysostomos, “boca de oro”), como se viene llamando al Patriarca Juan de Constantinopla desde un siglo después de su muerte, es uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia de Oriente y el más grande orador entre todos ellos. Vino al mundo en la gran ciudad de Antioquía (Siria) hacia el año 347. Su padre, Secundo, que era militar, murió poco después de su nacimiento. Fue educado por su madre, Antusa, viuda a los 20 años, que era cristiana y con el tiempo sería proclamada santa. A los 23 años Juan se bautizó y recibió las órdenes del lectorado. Fue alumno del militar Andragatio y del famoso orador Libanio, "El Pequeño Demóstenes", que elogió su elocuencia. A raíz de un encuentro con el obispo Melecio, que al parecer fue quien le administró el Bautismo, empieza a estudiar Teología con Diodoro de Tarso. Se sentía atraido por la vida monástica, pero hasta que murió su madre, hacia el 375, no se entregó a ella. Estuvo seis años como monje en el monte Silpio, pero las incomodidades, los ayunos, la humedad y los mosquitos quebrantaron su salud, obligándole a volver a Antioquía, donde retomó su actividad como lector. En 381 fue ordenado diácono, también por Melecio, y en 386 sacerdote por el obispo Flaviano I. A petición de éste, se entregó principalmente a la predicación hasta el año 397, admirando a todos por su elocuencia y su preocupación por los pobres. Nombrado obispo, sucedió a Flaviano en la sede de Antioquía. A la muerte de Nectario, en 398, fue elegido, contra su voluntad, obispo de Constantinopla, de donde después sería Patriarca. Allí se empeñó en suprimir el lujo de su palacio y reformar las costumbres relajadas del clero, y fundó un hospital con los fondos que antes se empleaban en el boato episcopal. Chocó con la emperatriz Eudoxia por varios motivos, entre ellos por haber dado acogida en sagrado a personas perseguidas por ella, y también con el Patriarca de Alejandría, Teófilo, que pretendía prevalecer sobre el patriarcado de Constantinopla y acusó a Juan de ser seguidor de las enseñanzas heréticas de Orígenes. En el 403, el llamado “Sínodo de la Encina” acordó su destitución y, con la complicidad de Eudoxia, su destierro a una región limítrofe con Armenia, lo que disgustó al pueblo. Al muy poco tiempo Constantinopla sufrió un terremoto y, atribuyéndolo a la injusticia de su deposición y su destierro, el emperador Arcadio mandó que volviera a la ciudad, donde la población le recibió con grandes aclamaciones. Crisóstomo continuó predicando sermones y escribiendo cartas que tenían gran eco en el pueblo cristiano de Constantinopla, pero molestaban a los poderosos, especialmente a la emperatriz. En una ocasión había dichopor ejemplo, refiriéndose a la corte: "¿Dáis tanto honor a vuestros excrementos como para recibirlos en una bacinilla de plata, cuando otro hombre, hecho a imagen de Dios, está pereciendo bajo el frío?". De nuevo fue desterrado, en esta ocasión a Bitinia, cerca del Mar Negro. Tenía alrededor de los 60 años. Los soldados que lo conducían lo maltrataron, obligándole a caminar largas jornadas bajo un sol abrasador. El 13 de septiembre de 407, después de una marcha de diez kilómetros, se encontró mal. Pidió los últimos sacramentos y, sin haber llegado a su destino, murió en el puente de Cormana el 14 de septiembre de 407. Sus últimas palabras fueron: "Sea dada gloria a Dios por todo". Unos días antes había muerto Eudoxia. 
       Su rehabilitación por parte de la corte imperial se hizo patente el año 428 con la institución de su festividad el 26 de septiembre. El 27 de enero de 438 se trasladaron sus restos a la iglesia de los Santos Apóstoles.
          El papa Pío V lo declaró Doctor de la Iglesia en 1568, Pío X patrono de los predicadores y Juan XXIII del Concilio Vaticano II.    


                                                            San Juan Crisóstomo, mosaico bizantino, basílica de Santa Sofía, Estambul







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