¿Y POR QUÉ NO OTRAS FORMAS DE INTERPRETAR GÉN 3, 6-24?

               "Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió.
         Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores.
           Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahveh Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de Yahveh Dios por entre los árboles del jardín.   
            Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: '¿Dónde estás?'
           Éste contestó: 'Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí'.
            Él replicó: '¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?'
           Dijo el hombre: 'La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí'.
         Dijo, pues, Yahveh Dios a la mujer: '¿Por qué lo has hecho?'. Y contestó la mujer: 'La serpiente me sedujo, y comí'.
        Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: 'Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
      Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar'.
        A la mujer le dijo: 'Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará'.
       Al hombre le dijo: 'Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida.
        Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo.
      Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás'.
       El hombre llamó a su mujer 'Eva’' por ser ella la madre de todos los vivientes.
       Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los vistió.
      Y dijo Yahveh Dios: '¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre'.
       Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido tomado.
     Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida".

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          Entre los detractores del nudismo, un sector muy importante es el constituido por quienes argumentan así:
       1) "Adán y Eva, al descubrir que estaban desnudos, sienten vergüenza; ergo... el pudor exige que todos nosotros llevemos vestidos".
          2) "Adán y Eva se tejen unos ceñidores de hojas; ergo... todos nosotros debemos llevar vestidos".
          3) "Yahveh viste a Adán y Eva con unos trajes de pieles; ergo... Dios quiere que todos nosotros vayamos vestidos".
         ¿Por qué, con el mismo derecho, no argumentar de esta otra forma?:
         1) "Adán y Eva, que eran marido y mujer, al descubrir que estaban desnudos, sienten vergüenza; ergo... el marido y la mujer no deben verse desnudos el uno al otro".
         2) "Adán y Eva, para evitarse la vergüenza, se ponen unos ceñidoresergo... el hombre y la mujer deben cubrirse los genitales y el trasero".
        3) "Dios viste a Adán y Eva con trajes de pieles: ergo... no debemos vestirnos con lana, lino, seda, algodón ni fibras sintéticas".
         ¿Por qué no, a ver?
        Dios nos dio a los humanos la razón -un reflejo de su infinita inteligencia- para que la usemos dignamente, sin dejar a un lado la sensatez y la congruencia.


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Ilustraciones:


1.-Adán y Eva en el Paraíso, Wenzel Peter  2.-Adán y Eva expulsados del Paraíso, Giusto da Menabuoi, Baptisterio de Padua (ca. 1375).




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